LA MONA Y EL MONERO

Algunos juegos solían jugarse al anochecer y eran muy ruidosos: Guardias y ladrones, Quiquiricañajui-jardinera , etc. , el más divertido creo que era la Mona y el monero. Era tal la algarabía que los gritos se oían por todo el pueblo. A veces, casi siempre, jugaban mozos casaderos y el juego resultaba algo violento.

Se jugaba de la siguiente forma: un muchacho, el que hacía de mona, se ponía en cuclillas como si estuviese sentado en sus talones. Otro hacía de monero. Mona y monero sujetaban un cinturón cada uno por un extremo. El monero tenía además otro cinturón, doblado, generalmente en la mano derecha. Los demás muchachos se ponían alrededor de ellos. La labor del monero consistía en defender a la mona de los ataques de los demás, cinto en mano vigilaba que nadie tocara a su mona. El círculo de jóvenes se alborotaba, corrían y amenazaban a la mona, buscando un descuido del monero o el desconcierto generalizado le arreaban a la mona y el monero les atizaba con el cinturón. Había cachetes para dar y vender para todo el mundo. La gente mayor decía Va a llover, los muchachos barruntan agua y están muy alborotados