MORFOLOGIA DEL TERRENO

La geología y geografía física de esta zona son bien conocidas gracias sobre todo a los trabajos de un insigne hijo del pueblo, el profesor D. Eduardo Hernández Pacheco, que en su abundante obra científica recorrió frecuentemente estas tierras. En los trabajos por él realizados con motivo del levantamiento del mapa de Extremadura a escala 1:50000 se definen las hojas de San Vicente de Alcántara núm. 702, Albuquerque núm. 727. Miajadas núm. 753. Mirandilla núm. 752. Mérida núm. 777. Valencia de Alcántara núm. 701 y la hoja de Alcuéscar núm. 729. El libro comienza diciendo Esta memoria explicativa ha sido estudiada y redactada por el Ingeniero de minas don Ismael Roso de Luna y el Doctor en Ciencias Naturales don Francisco Hernández Pacheco. Extraemos el siguiente párrafo de la edición de 1.951, publicada como parte del Mapa Geológico Nacional por el Instituto Geológico y Minero de España

Desde hace muchos años ha recorrido uno de nosotros, en unión del profesor don Eduardo Hernández Pacheco, estos campos comprendidos en la Hoja de Alcuéscar núm. 729.

Ofrecen relativa gran variedad, dentro de la monotonía que caracteriza al paleozoico inferior, formado fundamentalmente por potentes masas de pizarras y escarpadas y ásperas alineaciones de cuarcitas, limitadas hacia las zonas orientales por berrocales y arenales graníticos que dan cierta variedad y amenidad a estas tierras.

Es aquí, en esta hoja, donde termina la alineación de la Sierra de San Pedro y comienzan los berrocales y macizos graníticos del segmento central de las sierras extremeñas que ofrecen rasgos geológicos y tectónicos ya diferentes y de gran interés. Pero pese a que en diversas ocasiones se recorrió tal región, nada, no siendo muy recientemente, se publicó en relación con ello.

Pero este espacio de terreno comprendido en la hoja de Alcuéscar y que a continuación estudiamos puede decirse que más o menos directamente ha sido estudiado y descrito mediante trabajos fisiográficos y geológicos desde hace ya bastante. Casi todos ellos se ocupan de cuestiones y problemas concretos y limitados, no de estudios amplios y generales; no obstante, teniéndolos en cuenta, fácilmente se llega a deducir cuál es la característica fundamental del país que ahora se describe.

De aquella primera época son los trabajos de Eduardo Hernandez Pacheco, que se ocupó en 1.897 de El gneis de la Sierra de Montánchez y de la Erosión de las rocas de la Extremadura Central. En 1.902 también el mismo geólogo se ocupó más o menos directamente de esos parajes al hacer una descripción de ellos en un trabajo titulado Apuntes de geología extremeña.