Hola Milagros, te comento aquí sobre los tres escritos.
Creo que tuve un malentendido: creí que los tres relatos eran versiones distintas de la misma historia, equivalentes, sin más diferencia que la estructura, y eso hubiese sido interesante, me llamó la atención. Pero veo que no es así.
Recuerdo el primero, de la época de Prosófagos. Me gustó mucho y sigue gustándome, y me asombra que aún queden pequeños errores después de haberlo comentado allí largamente varios compañeros y yo mismo. Son nimiedades. Esa primera historia tiene gusto de primera vez, de atracción animal —aunque muy civilizada—, de "aquí no ha pasado nada". Es una historia de principio a fin, con humanidad.
El segundo es la continuación, por lo que veo. Dominado por la letra de un bolero, sólo hay cinco líneas de narración... La verdad, no me dice nada por sí mismo. Como continuación del anterior, de la parte I, sí: informa de que la relación sigue y se ha "calentado".
En el tercero juegas con el tipo de letra para mantener en paralelo realidad y pensamiento, algo en lo que no hubiese yo caído si no lo explicas. Ni creo que caiga casi nadie. Este tipo de recursos no me gustan. Imagina que el relato fuese seleccionado para ser leído por una emisora de radio. ¿Cómo lo harían? ¿El locutor diría: "ahora viene letra cursiva"? ¿O pondría una voz gutural y distinta? Como bien dices, innovar por innovar no tiene mucho sentido.
Cuando el lector termina de leer algo siempre tiene un momento de reflexión sobre lo leído. Un pensamiento con el que juzga el valor de la historia, el significado, la vivencia mantenida durante la lectura. En la primera parte, podría ser:
-"¡Cómo es la pasión!, ¡qué potente la atracción animal del sexo, que persiste entre las conductas y situaciones más civilizadas y cotidianas!" Y hasta podría recordar alguna situación personal en la que se haya dejado llevar también por el instinto. Y hasta preguntarse si su pareja lo habrá hecho alguna vez y sospechar que, mal que le pese, probablemente sí. No tendrá la misma satisfacción que si hubiese leído El Quijote pero sentirá que no ha perdido el tiempo. Es un relato inteligente.
En la segunda parte, que sólo tiene sentido si leyó antes la primera, dirá: "¡Ah!, estos se liaron". Ya es otra cosa. Ya no hablamos de la pasión animal de un momento sudoroso, etc., sino de una infidelidad sostenida y en toda regla. Bueno, un jarrito de agua fría sobre lo anterior también puede ser una enseñanza. No creo que sienta ninguna empatía por ninguno de los personajes, ni ganas de sentirla.
Y en la tercera, suponiendo que entienda la clave del tipo de letra, se dirá: ¡Pero ¿esta Julia de qué va?! ¿Qué mensaje quiere darme el autor de estas líneas?, ¿que la gente se pone los cuernos con toda desfachatez? ¿Qué me aportan estas líneas que he leído?
Todo ello desde la más estricta opinión personal y en clave de humor.
Así que te animo a que los experimentos, como dice el dicho, los hagas con gaseosa. A lo que podrías contestarme: "Es que precisamente esto es la gaseosa", ja ja, y tendrías toda la razón.
Interesante propuesta. Abrazos
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Saludos desde Barcelona - España.