Toc, toc, toc. Perdón, yo iba a decir algo…pero ya no me acuerdo. Tengo que volver a repasar todo esto. Buff. Y tengo que repasarlo porque lo que yo quería decir, está dicho…pero tan mezclado entre lo que habéis dicho ya unos y otros…
Literatura y política…qué pereza.
Leí el relato de Milagros muy por encima porque nada más verle la pinta no me interesó en absoluto. Y claro ¿qué hacer?, que dijo no sé quién.
Ante esto hay dos opciones:
1) Pasar de todo
2) Preguntarse por qué no interesa este relato cuando el tema es un filón (hacer esto da más trabajo, lo confieso).
Entonces Panchito dice: “simplificar y pulsar la fibra del buenismo es demagógico” (un poco brutote, Panchito, para qué negarlo). Pero, brutote y todo, me dije: ahí me han dao. Eso es lo que yo quería decir.
Pero no. No era eso.
Luego seguí leyendo y venga a darle con la política y el compromiso y la denuncia…Luego también vi que Milagros decía en algunos de sus comentarios: “…lo que yo quería decir era…” “…lo que yo quería decir es que…”
Y entonces me dije: ¡¡¡Eureka!!.
Y me pareció que lo que le había pasado al relato de Milagros es que lo que escribió iba por un lado y lo que quería expresar, pues… se pedió por otro. Vamos, que lo que escribió (un relato buenista y facilón) no refleja lo que ella nos quería contar (el derecho a desear una vida mejor, etc, etc). Conclusión: leímos una historia con errores de bulto, muchos lugares comunes y en exceso simplificada. Lo que yo entendía al leer no era lo que estaba en la intención de la autora al escribirlo. Yo creo que eso es todo.
Porque me parece a mí que aún cuando tengamos un tema maravilloso, una historia estupenda, una imaginación desbordante, unos buenos conocimientos literarios y mucho entusiasmo, si al escribir nuestra historia no somos precisos y no somos capaces de que el lector entienda lo que queremos decir…no tenemos nada.
Si yo fuera Milagros (he sido Milagros muchas veces), rompería el folio y volvería a empezar. No pasa nasa por volver a empezar. No seas tonta y tira el laste, Milagros, empieza de nuevo y no parchees tomando esto y lo otro. No. Tú quieres contarnos algo que todavía no has hecho, así que ponte a ello. Te saldrá cuando tenga que salirte. Deja pasar el tiempo rumiando un poco todo esto. (las vacas son mis animales preferidos. No hay nada que más me relaje que ver a una vaca rumiar tranquilamente durante horas. ¿estará saboreando su bocado tanto como parece? ¿Estará tramando algo bajo esa apariencia ensimismada?)
Pero hay algo más. Suelto todo este rollo porque, al leer vuestros comentarios, me quedó como la impresión general, como una especie de poso, de que sólo se puede escribir (o sólo merece la pena escribir) si se hace para concienciar, para denunciar, para dar voz a no sé quién…como si hacerlo “pa nada”, fuera una pérdida de tiempo.
Y no.
¿O si?.
Yo escribo “pa na
” . Me interesan las historias de amor (me pirran las historias de amor, qué se puede esperar de una mujer que sueña con reencarnarse en una vaca que rumia), me interesan momentos concretos de la vida, las pasiones, las equivocaciones…nada importante, en definitiva. Y entonces ¿Qué hacer? Que dijo alguien. ¿dejo de escribir? ¿les cansan a mis compañeros de foro estas tonterías aunque no lo digan? ¿les parece una pérdida de tiempo?. ¿A dónde vamos?
¿de dónde venimos y todas esas cosas?. Yo lo único que les digo es que llueve en mi tierra (que sigue lloviendo en mi tierra), que cae una llovizna fina que llamamos orbayo y nos deja a todos de un melancólico… (o eso o de mala leche, ustedes elijan).
Para finalizar, le dejo un relato en el apartado correspondiente que no vale “pa nada”. En mi línea. Se titula El Secreto y se lo dedico a todos ustedes.