Este hilo va como respuesta a Josgar, quien
preguntó por el significado de omnisciente en otro hilo de la sección Temas de lenguaje y Teoría literaria.
Ya que preguntas por un tipo de narrador, aprovecho de poner la explicación que aparece en el sitio
http://www.materialesdelengua.org, que me parece muy claro, a pesar de lo breve:
www.materialesdelengua.org escribió:
El narrador es un personaje creado por el autor que tiene la misión de contar la historia. Hay diferentes tipos de narrador según la información de que dispone para contar la historia y del punto de vista que adopta.
Tipos de narrador:
DE 3ª PERSONA
NARRADOR OMNISCIENTE ( que todo lo sabe). El narrador omnisciente es aquel cuyo conocimiento de los hechos es total y absoluto. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes…
NARRADOR OBSERVADOR. Sólo cuenta lo que puede observar. El narrador muestra lo que ve, de modo parecido a como lo hace una cámara de cine.
DE 1 ª PERSONA
NARRADOR PROTAGONISTA. El narrador es también el protagonista de la historia (autobiografía real o ficticia).
NARRADOR PERSONAJE SECUNDARIO. El narrador es un testigo que ha asistido al desarrollo de los hechos.
DE 2 ª PERSONA
El narrador HABLA EN 2ª PERSONA. Crea el efecto de estar contándose la historia a sí mismo o a un yo desdoblado.
Ahora, revisando con lupa esta explicación de materilesdelengua.org, queda claro que el asunto no es tan simple, pues hemos leído textos que se salen un poco de los márgenes señalados. Curiosamente y para mi sorpresa, descubrí que el artículo de Wikipedia sobre los tipos de narrador está bastante pasable. Dejo en especial, y para comparar con lo explicado arriba, la definición del narrador en segunda persona:
Wikipedia escribió:
Segunda persona
Es un tipo de narración que se da con escasa frecuencia ya que exige una cierta restricción estilística. Es aquel que se dirige a un Tú, Vosotros o Ustedes. El personaje desdobla su personalidad y habla consigo mismo como si lo hiciera con otro. Algunas obras que dan ejemplo de este tipo de narrador son "La modificación" de Michel Butor, "Reivindicación del Conde Don Julián" de Juan Goytisolo, "Aura" de Carlos Fuentes, "El corazón delator" de Edgar Allan Poe, "La caída" de Albert Camus o "Usted se tendió a tu lado" de Julio Cortázar, entre otros.
En ambos artículos se dice que el narrador en segunda persona habla "consigo mismo como si lo hiciera con otro" o con "un yo desdoblado". Esto, me parece, no es así siempre. Un ejemplo claro es, justamente, el primer ejemplo que señalan en Wikipedia: "La modificación", de Michel Butor. Por casualidad, lo tengo aquí a mi lado en ejemplar de la Biblioteca de la UBA, y puedo comprobar que, en realidad, se apela siempre a un "usted otro", por lo que pareciera que el narrador le habla a uno. Es decir, al lector.
Eso es de "La modificación", de Michel Butor:
Citar:
"Se sentó frente a usted, dejó a su lado la cartera y el sombrero sobre una silla de caña de bambú, y cruzó sus largas manos sobre el mantel perfectamente blanco;...
Ustedes dos contemplaban el espectáculo de ese pueblo que atravesaba el umbral del sol...
Juntos hicieron el elogio de esa plaza, de esa fuente, de esa iglesia con sus campanarios elípticos..."
Esto es de "Usted se tendió a tu lado", de Julio Cortázar:
Citar:
Usted se levantó y la seguiste a unos pasos, esperaste que se tirara al agua para entrar lentamente, nadar lejos de ella que levantó los brazos y te hizo un saludo, entonces soltaste el estilo de mariposa y cuando fingiste chocar contra ella usted lo abrazó riendo, manoteándolo, siempre el mismo mocoso bruto, hasta en el mar me pisás los pies. Jugando, escabulléndose, terminaron por nadar con lentas brazadas mar afuera; en la playa empequeñecida la silueta repentina de Lilian era una pulguita roja un poco perdida.
Esto es de Últimas tardes con teresa, de Juan Marsé:
Citar:
Permaneció sentado en el banco, y ahora se puso una luz viva en sus pupilas, que giraban en la cuenca de sus ojos sin dejar escapar ningún movimiento de los tipos que merodeaban por allí cerca. Vio al Sans avanzando hacia la motocicleta con las manos en los bolsillos, despacio, balanceándose como un mono sobre sus piernas torcidas, divertido e inofensivo, entrañable, y de pronto sintió por él una gran ternura: fue un momento de distracción y de debilidad —con razón él procuraba siempre evitarlos— que podía haberles costado muy caro a los dos. Cuando volvió en sí y se dio cuenta, el Sans ya había montado la motocicleta y estaba a punto de cometer un disparate. Parecía tranquilo. No oyó el primer silbido del Pijoaparte ni le vio saltar del banco como impulsado por un resorte. ¡Imbécil!, ¿dónde tienes la cabeza? Otro silbido de alarma, pero ya era demasiado tarde: Bernardo se había equivocado de máquina —las dos eran Ossa y estaban juntas, amorosamente cuidadas y frotadas, rutilantes—, cuyo propietario, un jovencito esmirriado y pulcro, acababa de dejarla allí y en el último momento, cuando ya se iba, había vuelto la cabeza para mirar a su moto por encima del hombro con los mismos ojos devotos y derretidos con que habría mirado a su novia al despedirse de ella (y sin duda, teniendo en cuenta los tiempos que corren, movido por oscuros imperativos sexuales que acaso hallaban más satisfacción en la motocicleta que en la novia)
En lo personal, me parece que el único narrador que puede leerse como apelación de quien relata la historia a sí mismo o a su yo desdoblado, es lo de Marsé.
En fin, el tema da para largo y, claro está, puedo estar equivocado. Me pregunto si la disposición del lector influye en que se cumpla o no lo que plantean los artículos arriba. Si es así, más se complica.
Saludos.