Micro-relato sometido a la compasión del Maese PANCHITO
...
EL GUAPO DE SANTAOLALLA
¡ Vamos, niño, por partes
me espetó el de Santaolalla!
Y morosamente empezó
a aflojarse el corpiño.
...
¿É no é un micro? Vamo a las prueba:
1. É una historia mínima de pocas líneas. Podría ser má larga al pedo, cualquier perejil se imagina lo que sigue.
2. Me se escapa lo que é anécdota o greguería, É una ocurrencia. ¿Adonde puedo conseguir lo de planteamiento, nudo, desenlace pá meterlos aquí? El ojetivo ya lo tenía claro el guapo. El conflito me lo resolvió un especialista en hemorroides. ¡Flor de cambio, el ojetivo me había quedado como una flor!
3. ¿Qué habrán pasado? ¿Tré minutos?
4. Meno mal que solo me agarró el guapo.
5.
Sucede en un solo escenario, atrás de la canchita de fúbol.
6.
Un detalle bien elegido puede decirlo todo. Yo elegí lo del corpiño.
7. Este punto é muy complicado. Paso.
8.
Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande. ¡Tendrías que haber visto la del guapo!
9.
Contar cuentos es... No me lo explique, jefe. Yo casi no cuento el cuento
10.
Piensa distinto: ¡é verdad! Desde entonces pienso distinto.
