A todos los amigos que le han dedicado tiempo y atención a estas líneas que más fueron escritas con las tripas que con el cerebro: ¡Muchas gracias!
Hay momentos en los que el alma vomita lo que siente, ¿y de qué otra forma podemos hacerlo los escritores? No reparamos en pleonasmos ni en rimas sueltas, solo en lo que el alma atormentada nos dicta al oído: "Hazlo, escribe, dispara tus flechas, que en algún corazón caerán". Y lo hago. En este caso, disparando a ciegas, sin saber que otros puedan sentir lo mismo.
La inspiración es un instante que no podemos ni debemos dejarla pasar porque son momentos irrepetibles. Después todo se puede pulir, pues bien merece la pena.
Gracias por sus comentarios, todos son valiosos.
Un beso, amigos! Blnca
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