La lírica habla de sentimientos, la poesía tiene musicalidad. Hay poesía lírica, épica, dramática (teatro, como El tenorio)...
La musicalidad de la poesía puede ser reglada o no. Hay tratados de tipos de rima, métrica, tipos de estrofas, etc. En siglos pasados la poesía se volvió una especie de literatura de salón, algo parecido a los crucigramas. Como un pasatiempo, las más de las veces sin mucho contenido. Todo quedaba tan forzado por la rima y métrica que se hacía hasta desagradable de leer. Con la rima y métrica libres la poesía ganó muchísimo, la musicalidad ya no proviene de una pauta rígida sino que la busca cada autor en cada poema. Mira, por ejemplo, la Marcha triunfal de Rubén Darío:
¡Ya viene el cortejo!
¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines.
La espada se anuncia con vivo reflejo;
ya viene, oro y hierro, el cortejo de los paladines.
Ya pasa debajo los arcos ornados de blancas Minervas y Martes,
los arcos triunfales en donde las Famas erigen sus largas trompetas,
la gloria solemne de los estandartes
llevados por manos robustas de heroicos atletas.
Se escucha el ruido que forman las armas de los caballeros,
los frenos que mascan los fuertes caballos de guerra,
los cascos que hieren la tierra
y los timbaleros,
que el paso acompasan con ritmos marciales.
¡Tal pasan los fieros guerreros
debajo los arcos triunfales!
No hay métrica ninguna, la rima es bastante libre, sin embargo no cabe duda de que es poesía.
Hacer un poema reglado hay que plantearlo como un pasatiempo, como un juego de habilidad. Si encima se es capaz de darle contenido lírico, perfecto, aunque es muy raro que sometido a las reglas salga algo verdaderamente lírico y sincero.
Desaconsejo lo que has hecho aquí: quedarte en tierra de nadie. Hay la rima justa para distorsionar el mensaje, pero no tanta para que sea, al menos, una estrofa perfecta.
Creo que actualmente la poesía reglada se usa más para temas bufos o mundanos que para otra cosa. Se puede hacer estrofas muy bellas pero insisto en que no es más que un pasatiempo. Por ejemplo El cohete, de Salvador Rueda.
Lanzóse audaz a la extensión sombría.
Y era al hender el céfiro sonante,
Un surtidor de fuego palpitante
Que en las ondas del aire se envolvía.
Viva su luz como la luz del día,
Resplandeció en los cielos fulgurante
Cuando la luna en el azul radiante
Como rosa de nieve se entreabría.
Perdiose luego su esplendor rojizo,
Siguió fugaz cual raudo meteoro
Y al fin surgió como candente rizo.
Paró de pronto su silbar sonoro;
Y tronando potente, se deshizo
En un raudal de lágrimas de oro.
Es precioso y tiene mucho mérito pero no puede evitar cierto envaramiento (céfiro, perdiose, etc). Es bien conocido lo de la licencia poética.
Yo te aconsejaría leer mucha poesía, pero de la que te guste, de la que entiendas bien. No los tostones del Siglo de Oro, salvo honradísimas excepciones.
Saludos
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