Barcelona. (Redacción).- Disciplina, atrevimiento y crítica. Estos tres ingredientes son básicos para cocinar una buena obra literaria, según Antonio Orejudo, que se autodefine como “novelista social con dotes de soldado, de niño desobediente y de crítico castrador”.
Así lo explicó en la conferencia inaugural del Máster en Creación Literaria del UPF-IDEC, bajo el título ‘Consejos a un joven narrador”. Aunque avisó de que “no hay consejo que valga”, Orejudo animó a los asistentes a seguir un decálogo de prácticas que a él, dice, le han funcionado. Son los siguientes:
1- No escribas. El estado natural del escritor es leer. Sólo cuando encuentres algo que realmente te estimule, ¡escribe! Yo soy un escritor que escribe cada día. Le dedico 3 o 4 horas a mi trabajo pero trato de practicar la abstinencia como escritor. No comprendo cómo se puede publicar una novela cada año.
2- Haz deporte. El trabajo de escribir requiere resistencia y preparación física. Como un buen soldado, requiere disciplina, esfuerzo, constancia y resistencia. Yo me levanto temprano y cumplo a rajatabla mis horarios.
3- Desobedece. Deja que salga el niño que hay en ti, desvergonzado, irreverente que se salta las reglas y se divierte. De ahí obtendrás la chispa que todo libro tiene que tener.
4- Cástrate. Escucha tu voz de crítico castrador para borrar lo que ha hecho ese niño desobediente y que interiormente tú sabes que no es bueno.
5- Borra. El buen escritor es una persona que borra más que escribe. Me orgullezco de haber desechado novelas enteras y años de trabajo. Pero es peor publicar y arrepentirse.
6- Mezcla. Experimenta con los sabores de la literatura y juega con los géneros, los planteamientos, las estructuras. Me gusta la literatura que te sorprende con sabores inesperados.
7- Piérdete. Hay autores que trabajan con un mapa y antes de ponerse a escribir elaboran un esqueleto muy perfilado de la novela (número de capítulos, personajes, tramas…). Funciona, aunque a mi personalmente me gusta ir a ciegas. La escritura genera escritura y, aunque pierdes más tiempo, me divierte ver los distintos caminos a los que me lleva.
8- No te masturbes. No te busques en Google ni leas las críticas. Elimina el riesgo que esas críticas solidifiquen lo que tú haces, sea bueno o malo, y te encasillen. Mi consejo es no dejes que la crítica literaria haga lo que tú deberías haber hecho en el punto 4.
9- Dedícate a otra cosa. Dedica un tiempo limitado a escribir y concentra todos tus esfuerzos en ello. Después, haz otra cosas: deporte, comprar, cocinar, estar con la familia, ser persona…
10- No escribas el mismo libro. No sé definir dónde termina el estilo y empieza el autoplagio pero no hay nada más aburrido que repetir algo que ya has hecho. Desaprende a escribir y no tengas miedo a decepcionar con un libro que sorprende a todos por ser diferente.
La Vanguardia 6 10 2014
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