JUEGOS INFANTILES

La vida social de los niños de hoy no es igual que la que tuvieron los niños de tiempos pasados. Antes todos los juegos eran colectivos, todos participaban y se necesitaban unos a otros para desarrollar su actividad juvenil, era muy raro ver a un niño jugando solo. No había juegos individuales como los hay hoy, era frecuente ver grupos de 20 ó 25 niños - y no tan niños - jugando, cada uno de ellos intervenía dando su punto de creatividad. Había grandes pandillas de chavales, donde todos eran amigos. Aunque también dentro de esas pandillas había grupos más reducidos con mayor afinidad y amistad.

Los juegos dependían de la estación del año. Una alternativa a los juegos era reunirse alrededor de la lumbre a las afueras del pueblo contando cuentos e historias. Así pasaban el rato tan a gusto que olvidaban la hora hasta que sus familias iban a buscarlos preocupados por su tardanza.

Había juegos muy variados, recuerdo unos cuantos :

  • La mona y el monero.
  • Quiquiricañajuí-Jardinera.
  • Los zancos.
  • Churro churro tijereta o campana.
  • Los bolindres.
  • El abejorro.
  • Navajita vente.
  • La tanga y el imbo.
  • La taba.
  • La repeona.
  • Montao o picao.
  • A bonis.
  • A Joroba.
  • Los santos de las cajas de cerillas
  • Guardias y ladrones.
  • La estaquilla.
  • La guillarda.
  • A entera.
  • El aro con su guía.
  • El zapatero.
  • Al escondite.
  • A los maridos y las comadres.
  • La gallinita ciega.
  • La estallaera y carro de mimbre.
  • La zumbaera.
  • Entera con espolique o sin.
  • Castañuelas de madera
Todos ellos podían tener variantes que cada uno inventaba para darle más gracia o hacerlo más a su gusto. Quizás el más popular era el de los bolindres. Se pagaba siempre con bolindres, el más caro era el de acero - un lujo que pocos tenían -, después el cristaloso o bola de vidrio , seguido del bolindre corriente de fábrica y los más baratos eran los hechos por los mismos chiquillos de greda muy fina. Si se metían en la lumbre y se pintaban eran mejores que si se secaban al sol, estos no los quería nadie porque se rompían enseguida.