Hola AminE,
Una historia sencilla sobre el ángel de la guarda, que pasa a ser realmente de la guarda, no esa especie de conciencia o consejero que se le supone. Sería mucho mejor tener este tipo de ángel que el que dicen que tenemos…
Los diálogos están bien llevados y te felicito por lo rápidamente que has mejorado este aspecto.
Todavía olvidas poner algunos acentos:
ocupó,
él,
habló… Tienes que repasarlos.
Hay también unos pocos errores que los verás en una lectura atenta:
y ya (hay) >> ahí me sujeto, o
¿lo conseguiste? con minúscula.
Y la puntuación. Veo algunas comas en lugares donde la entonación de la lectura debería caer, y falta alguna coma en vocativos (
No, Carlos, estoy seguro...) . Léelo en voz alta y te ayudará a pulir la puntuación.
Mediodía y
medianoche son dos momentos exactos: las doce de la mañana y de la noche respectivamente, y se escribe junto:
medianoche. Mediodía también equivale al Sur, pues es donde se encuentra el Sol a esa hora. Usas por dos veces
media noche, has de ponerlo junto.
Media noche sería correcto si te refirieras a la mitad de una noche. Por ejemplo, si hay que cuidar a un enfermo, dos personas pueden acordar: "Media noche tú y media noche yo". Eso sería correcto y no tiene nada que ver con medianoche: las doce en punto.
Como una apreciación personal, encuentro cada vez más agradable la narración sencilla y directa. Me refiero a esto:
Mi abuelo ocupó su ya clásico lugar en la mecedora de la casa y tras tomar una galleta de avellana del galletero, comenzó a comerla mientras daba inicio a su relato.
Mi abuelo se sentó en la mecedora y tras tomar una galleta de avellana inició su relato.
…solo hasta que se sentó junto a mi cama, fue que comenzó a hablar.
…se sentó junto a mi cama y empezó a hablar.
Lo que tú has escrito es correcto, no digo que no esté bien. Sólo comento que se puede decir lo mismo con menos palabras. Entonces el lector se concentra más en la acción, al menos eso creo.
Igual que usas rayas al inicio de los diálogos, debes usarlas —y no guiones— para marcar los incisos del narrador, en el resto de la línea. Por ejemplo:
—Te lo quitaron —dije con tristeza.
Hay que poner los signos de punto y aparte, en muchas líneas los olvidaste.
La translocación de pronombres, si bien no es un error formal, por lo extendido, a mi juicio es nefasta y perjudica mucho el estilo:
me acaba de ocurrir algo bien extraño >>
acaba de ocurrirme algo bien extrañoPor último, aunque una narración sea en pasado, hay hechos intemporales que se han de decir en presente. Por ejemplo, "Fuimos en dirección al pueblo pero, como el sol salía por el Este,...". No es correcto; el Sol sale por el Este siempre, no sólo aquel día. Ese verbo va en presente.
"Fuimos en dirección al pueblo pero, como el sol sale por el Este,...".
Te lo comento por:
¿Crees que haya sido cierto? Si fue cierto entonces, es cierto y siempre será cierto. La frase sería:
¿Crees que es cierto?, y si no te gusta, hay que darle un giro, por ejemplo:
¿Crees que dijo la verdad?No es tan redondo como otros de tus mejores relatos pero es un buen ejercicio y te felicito por ello.
Saludos.
El relato, más o menos, ha de quedar así:
Antes de la medianoche
Mi abuelo ocupó su lugar en la mecedora, tomó una galleta de avellana del galletero y comenzó su relato.
"Sucedió cuando mi hermano y yo nos encontrábamos en Nuevo Laredo, juntando dinero para cruzar a los Estados Unidos. Aquel día yo no había acudido al trabajo porque estaba con gripe y me quedé en cama.
Cuando él regresó, a eso de la medianoche, supe que algo extraño le había ocurrido. Tenía la mirada perdida y no me prestaba atención, hasta que se sentó junto a mi cama y comenzó a hablar.
—Carlos, acaba de ocurrirme algo bien extraño.
—¿Qué te pasó? —pregunté.
—Venia caminando de regreso cuando dos tipos se me atravesaron y me pidieron la cartera.
—¡Bola de rateros…! ¿Y qué hiciste?
—Pues lo primero que se me ocurrió, eché a correr para perderlos.
—¿Lo conseguiste?
—No; me siguieron hasta un callejón y ya ahí me sujetó uno mientras el otro metía la mano en mis bolsillos para encontrar el dinero.
—Te lo quitaron… —dije con tristeza.
El negó lentamente con la cabeza y cayó durante un rato. Cuando por fin habló, su voz temblaba.
—No me lo quitaron. Antes de que encontraran la cartera los dos se fueron corriendo. Me dejaron en el callejón, yo no entendía por qué pero no me importó. Me sacudí las ropas para seguir mi camino cuando vi algo detrás de mí que hizo que me volteara. Era un hombre joven, vestido con unos pantalones y una blusa (o camisa) sencilla, descalzo a pesar del frío, que me sonrió y poco a poco desapareció en la oscuridad.
—¿Desapareció? —dije, incrédulo–. ¡Lo imaginaste…!
—No, Carlos, estoy seguro de que se trataba de mi ángel guardián”
En ese punto, el abuelo se interrumpió.
—¿Crees que sea cierto? —pregunté, llena de curiosidad.
Mi abuelo dejó salir una risa antes de contestar:
—Más joven te habría dicho que no, pero ahora… Supongo que a veces pasan cosas que no podemos explicar.