Hola Nyra, bienvenida a este rincón de la red que parece un foro, pero no lo es, ja ja. No es más que el lugar de reunión virtual de unos amigos a los que gusta comentar sobre lo que escriben y hablar de Literatura. Deseo que tu estancia aquí sea de lo más agradable. A tu disposición para cualquier duda que puedas tener sobre cómo funciona esto. Ya habrás leído que aquí no hay más normas que las de la amistad y el sentido común. Con eso nos basta.
Es el primer relato que te leo y me ha gustado por el tema, por el modo en que lo desarrollas, y más aún por la alegoría a Pandora y a su caja. Eso da un toque siniestro, especialmente al principio y al final del cuento. Al principio, al bautizarla Pandora por el motivo que señalas. Al final, cuando citas la caja, que quedó vacía —la de la Pandora mitológica— cuando las calamidades que contenía se extendieron por el Mundo. Aunque la niña se muestra encantadora, algo parece sugerir que tiene un poder o un influjo maléfico. Me gusta. Esto, y el incendio, me traen a la memoria a una novela que Blanca Miosi publicará pronto:
Dimitri Galunov.
El anexo al título (-1) me hace pensar que esto podría ser la primera parte de un relato más largo, incluso de una novela. Este inicio pinta muy bien.
Te comento por párrafos:
Cuando Pandora llego al mundo, el caos reinaba por todos lados;de allí su nombreFalta el espacio detrás del signo de punto y coma. Llamamos "dedazos" a los errores de tecleo. Es un dedazo. Hay otro dedazo en "dió".
Según su madre, una mujer vieja por fuera y con un reloj biológico bastante joven;...En esta frase hay un problema y una arruga: el problema es que no tiene sentido por sí misma. Empieza a decir algo pero no termina de expresar una idea completa. Lo que sigue a "según su madre" es un inciso, que debe terminar con otra coma y continuarse con la frase principal. La arruga es la conjunción "y"; siendo ideas opuestas, sería más contundente si fuese adversativa "pero".
esta apenas cubría su cuerpo huesudoNo sé si entiendo bien esta frase. Según la lógica de la narración se refiere al bebé, pero ningún bebé podría ser huesudo, y hasta un pañuelo podría cubrir ese pequeño cuerpo... Quizá te refieras a que Pandora nació muy delgada y a que la sábana, por lo raída, no abrigaba.
La madre tuvo que amantarla, si no un bebé muere. Cuando citas la mirada y el baño como lo único que recibió, algo no cuadra. O cambias un poquito el sentido o añades una referencia a la lactancia, aunque sea desabrida.
La puntuación en algunas partes de la segunda mitad de este párrafo no es muy precisa.
Cambiando muy pocas cosas, el párrafo quedaría perfecto. Mira, por ejemplo, esta posibilidad (lo de la lactancia no lo incluyo):
Cuando Pandora llego al mundo, el caos reinaba por todos lados; de allí su nombre. Según decía su madre, una mujer vieja por fuera pero con un reloj biológico bastante joven, no tenía electricidad en la casa, el servicio de agua le había sido suspendido por falta de pago, sus hermanos tenian gripe y su borracho padre yacía tirado en el viejo sofá de la sala. Le dio calor terrenal por primera vez una vieja sabana raída, tan delgada como un papel, que apenas abrigaba su menudo cuerpo. Un baño con el agua de un viejo balde y una mirada de recelo de su progenitora fueron lo único que la pequeña recibió el día de su nacimiento .
En el segundo párrafo, la puntuación me parece mejorable. Y una cuestión de estilo muy general: en un texto literario, salvo contadas excepciones, ni cifras ni paréntesis. Así que trescientos, mejor en letras. Creo que tuviste un lapsus entre escaleras y escalones. Dedazo en fu
é. No se entiende fácilmente lo de "una arepita en la canasta", el lector se despista fácilmente con lo que no conoce, conviene precisar.
Mírate este ejemplo de cómo podría quedar:
El paso por su niñez no fue un camino de rosas. Diariamente salía a vender arepitas de queso a la avenida principal; cada día subía y bajaba trescientos escalones para hacer su trabajo sin tardanza. Ana, su madre, era recelosa y agresiva; regresar con una arepita sin vender en la canasta de mimbre resultaba en un castigo seguro. Decía que las niñas no servían para nada. Pandora no asistía a la escuela, pero con anhelo cruzaba la calle en la que se encontraba esa vieja estructura donde reinaban las risas de niños, el olor a lapiz de creyón, a tiza y a saberes. A pesar de que el trayecto de vuelta se hacía más largo, nunca dejaba de visitar de lejos su más añorado sueño: estudiar y aprender.
El párrafo siguiente:
También la puntuación aquí presenta alguna confusión (los incisos deben encerrarse entre comas a ambos lados). Otro asunto es el de los localismos. Cuando una palabra no se entiende, no pasa nada: se busca el significado y en paz. En España casi nadie sabe lo que son arepas, pero eso no es problema. Lo malo es cuando las palabras tienen otro significado. Por ejemplo, estar parado en España es estar quieto, en cualquier posición. Como un reloj que se ha parado, o un tren. Mientras que en muchos lugares de América, estar parado es estar de pie. Eso me sucede con rancho. Para mí un rancho es un lugar en el campo donde se crían caballos y reses. Sin embargo, por el sentido de la frase en tu relato, creo que debe corresponder a un edificio cualquiera. Se tiene derecho a usar localismos, y a veces son importantes para dar el sabor que el autor desea. Por otra parte, ha de ser consciente de que sus escritos pueden ser leídos por personas de muchos países diferentes y cuanto más universal el español usado, mejor.
Si se remarca que su mamá no la esperaba, se da a entender que la madre salía a esperarla a la calle habitualmente. Si no, Pandora habría visto el humo y el incendio antes de pensar que su madre no la esperaba.
En mi opinión, rascan un poco las explicaciones que el narrador pone en boca de los agentes del gobierno, dirigidas a una niña de diez años que acaba de perder a su familia. No me resultan creíbles. Si son rudos, ni repararán en ella. Si no lo son, como el hombre regordete, le hablarán con más consideración. El narrador podría contar esos detalles sin necesidad de que sean explicados a la niña. Echo de menos alguna descripción alrededor del incendio que sitúe al lector en medio de la desgracia. ¿La casa era de planta baja, había más viviendas en el edificio, había bomberos...? El lector tendría que oler un poquito a quemado...
A continuación te escribo mi sujerencia, pero creo que este párrafo tendrías que redactarlo de nuevo y podría quedar bastante mejor. Es el punto más débil del relato.
Un buen día, cuando regresaba a casa con los ingresos de la jornada, no la esperaba su mal encarada mamá; en su lugar una nube de humo negro le dio la bienvenida. Los agentes del gobierno le explicarón que su casa se había quemado con su familia dentro. Pandora, conmocionada y muda de asombro, lloró. Su infantil cuerpo quedó tembloroso y solitario; la vida se le antojaba extraña e incierta.
En el párrafo siguiente la puntuación es bastante confusa. Te aconsejo que lo leas en voz alta, con las comas y demás signos tal como los has puesto. Tú misma verás que no va bien. Parece que sea el traje el que tiene la sonrisa amable. También hay que evitar las aliteraciones "caminaba, estaba, anotaba...". Siempre se encuentra alguna alternativa para evitarlas.
Hay bastantes dedazos de tildes, unas faltan (cómo, estás) y otras sobran (tí). Como norma, no poner nunca abreviaturas (señor, no Sr; don, no D.; etc.)
No repetir salvo para dar énfasis, y muy raramente. Se dice por dos veces que cuidarán de ella en la misma línea.
Un hombre pequeño y regordete, vestido con un traje azul que tenía las costuras estiradas al maximo, caminaba en su dirección con una sonrisa amable. En sus manos sostenía una carpeta amarilla sobre la que iba anotando algo a medida que avanzaba. Al llegar junto a la niña se inclinó hacia ella y le dijo en voz suave:Los diálogos tienen un modo preciso, por convenio simplemente, para escribirlos: rayas largas, no guiones, y sin espacios detrás. Otra posibilidad es escribirlos entrecomillados, la que has elegido, pero entonces ninguna raya debe aparecer. No se pueden mezclar los dos modos.
"Hola pequeña, ¿estás bien?, ¿cómo te llamas?". Pandora permaneció muda.
El sujeto prosiguió: "Soy el señor Raúl. Ya que no tienes familia, el gobierno se ocupará de ti de ahora en adelante. No te preocupes,chiquita, todo saldrá bien. La vida te cambiará".O bien, y yo creo preferible:
—Hola pequeña, ¿estás bien?, ¿cómo te llamas? —Pandora permaneció muda.
El sujeto prosiguió:
—Soy el señor Raúl. Ya que no tienes familia, el gobierno se ocupará de ti de ahora en adelante. No te preocupes, chiquita, todo saldrá bien. La vida te cambiará.
La raya larga puedes conseguirla pulsando la tecla ALT y, sin soltar, 0151 en el teclado numérico.
En el resto del cuento, más o menos el mismo tipo de detalles.
Los vocativos, si van antes de una pregunta no se incluyen en la interrogación; si van después, sí: ( Señor, ¿podré estudiar? - ¿Podré estudiar, señor? )
El hombro del hombre... Hay que evitar trabalenguas. Y ¿tan bajito es, que una niña de diez años ve la casa por encima de su hombro? ¿O el edificio es alto, con más familias?
Recuerda que las formas impersonales de haber no tienen plural (
Ya no habrían más palizas >> Ya no habría más palizas)
A Pandora entonces se le ocurrió hacer la pregunta que más ansiaba:
—Señor, ¿podré estudiar? ¿Van a darme un lápiz y un cuaderno? No importa si es pequeño... —Con el labio temblando esperó la respuesta.
Los ojos del señor Raúl brillaron y le sonrió con lástima:
—Claro que sí, chamita. En el orfanato vas a ir a la escuela y allí tendrás tu lápiz y todo lo demás.
Pandora le dirigió una mirada desenfocada y luego asintió; miró a las ruinas de su casa, la de sus padres, la de su miserable vida, y su tierno corazón se sintió por primera vez libre. Ya no habría más palizas, manoseos extraños, dolor en las rodillas ni maldiciones por su existencia. Pensó que quizá, solo quizá, su vida sí mejoraría.
Tomó con firmeza la mano que el señor Raúl le extendía y en ese momento recordó que aquel era el día de su décimo cumpleaños. Entonces tuvo la seguridad de que buena parte de las maldades que la acompañaron desde su nacimiento había muerto con su niñez. Esperaba que algún día solo quedara la caja vacía, con su alma y nada más.
Dio media vuelta y se alejó del sitio sin mirar atrás.
Hay bastantes cosas que repasar, en realidad no son importantes y al final la historia seguirá siendo la misma bella historia. Eso no va a cambiar. Pero los detalles también tienen su importancia, sobre todo de cara a publicar algo alguna vez. Sólo es cuestión de tiempo y de fijarse.
Un placer leer tu relato. Saludos cordiales
Panchito