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Posiblemente es que no se pueda separar una cosa de otra.
Y..., se me olvidó decir al respecto:
Lo que me parece a mí, después de todo el va y viene, es que ambas cosas coexisten, y pueden ser separadas o no. Creo que tiene que ver más con la forma de leer. Algunos se centrarán solo en lo estético/literario, otros en la intención (ideológica). Otros, los menos, creo, se fijarán en ambos aspectos.
Eso si es que Panchito, cuando dice intención, dice ideología, como parece ser por lo de "demagógico" que aparece en su primer comentario.
Supongo que es así, pues con un texto se comunica, al comunicar hay una intención, y toda intención es ideológica en cuanto se destina a lograr un resultado.
Me dicen acá en casa: pero un cuento para niños no puede ser ideológico.
¿Cómo no? Nada más ideológico que un cuento infantil.
Entonces, no se puede separar una cosa de la otra, pero se pueden mirar (leer) por separado, incluso obviando una de ellas como si no existiese. Esa "inexistencia" puede deberse a ignorancia u opción.
En fin, creo que el crítico verdadero debe siempre decodificar ambas cosas, aún cuando su intención sea lograr que solo una de ellas vea luz gracias a su pluma.
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Planteamiento:
Dos esposos viven en Kiffar, ciudad de Mauritania. Tienen dos hijos, chico y chica, y el marido tiene a su madre.
La base del planteamiento es una serie de deseos:
Eso es lo explicitado. Lo no explicitado es aquello que mueve a un ser humano a querer modificar su condición, a querer desear esas cosas. Esas cosas materiales solo son lo tangible. El deseo más profundo, el deseo matriz, por decirlo así, es: modificar su condición social, la cual no satisface sus almas pues en su país los marca como seres de segunda y, además, los estaciona en un futuro casi imposible de modificar. "Eres de segunda categoría, y nada puedes hacer, a menos que..." No quieren eso para sus hijos ni para sí. Eso también es miseria.
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Intentemos ver el relato como sólo esto, porque esto es lo que es. Aislémoslo del problema social de la inmigración, de las historias reales que conocemos, conmovedoras, sobre personas de carne y hueso que han sufrido, etc.
Se puede ver solo eso, pero sigue estando lo que pides obviar. No puedes borrar la experiencia vital del lector ni el como influye esa experiencia en sus lecturas.
Lo único que se puede, para discutir el texto en un plano intelectual, es obviar, conscientemente, el problema social que dio origen al relato, pero éste seguirá siendo portador, necesariamente, de aquello que lo motivó.
Al autor le inquieta un problema social y lo ilustra a su manera. No podemos obviar que el texto es
originado por un problema social real. No podemos eliminarlo en nuestra lectura. Aunque no fuese realista como lo es este. Sí podemos dejarlo en remojo cuando no nos sirve para desarrollar la reflexión que nos trae ocupados.
Este es un texto realista basado en situaciones reales. Desde el punto de vista literario, es importante evaluar la efectividad del mismo, en cuanto a realista, para ilustrar lo que se propone con verosimilitud. El texto está ilustrando consecuencias posibles originadas en un problema real. ¿Cómo no evaluar si es efectivo el texto al hacerlo?
Aunque la intención del autor fuese otra, el texto porta conflicto. Ilustra una situación que genera conflictos en nuestras sociedades no ayer, sino hoy. ¿Como obviarlo?
No se puede analizar los fusilamientos de la Moncloa sin tener en cuenta el problema social que ilustraba Goya. Un análisis de la técnica, es eso, un análisis de la técnica, y nada más. Un análisis puramente estético, es solo eso. Un análisis simbólico, es solo eso. Un análisis de la obra en cuanto a su efectividad para ilustrar lo que Goya pretendía, es otro aspecto más. Uno más entre muchos posibles.
En literatura, me parece, es igual. Por lo mismo, sólo se puede dejar de lado lo que pides si justificamos el porqué, pero eso no significa que no esté presente en la obra y que no se pueda hacer un análisis de la ésta tomándolo en cuenta.
Paro acá. Abrazos.
Miento:
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Ahí es donde se deja la piel y las pestañas. El periodismo es otra cosa. El escritor no hace fotografías; hace películas. Cortos o largos, pero siempre filmes.
Quise plantearlo antes, pero me la ganó ese bicho peludo y esquivo que es el pudor a largar un tema complejo para discutir por esta via.
Tenemos una idea similar con respecto a lo que el escritor literario debe intentar, pero lo que planteas tiene tantas aristas que, estoy seguro, no vamos a resolver acá ni debemos intentarlo. Por ejemplo, si dejas de lado el problema social que originó el texto, le podrías estar dando un carácter similar al de una fotografía expuesta en un salón y de la cual tenemos solo lo que ella deja ver. Solo discutir esto y el cómo afectaría un análisis literario, nos llevaría un trocho respetable.
En fin.
¡Qué nervios!
Amén.