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El Niño desobediente https://www.alcuescar.com/taller/viewtopic.php?f=3&t=121 |
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Autor: | ansape [ 09 Jul 2011 22:26 ] |
Asunto: | El Niño desobediente |
Yo fui un niño malvado, malvado en todo el sentido de la palabra. No pienso negarlo como lo hacen algunos adultos para impresionar a sus hijos; no diré que fui el rey de la obediencia, el mejor estudiante, el más limpio; nada de eso, yo si era un grosero y mentiroso de verdad. Con ocho años todavía me orinaba en la cama, no dormido como el común de los infantes, lo hacía despierto. Es que mis padres no me podían negar nada porque de inmediato yo lo utilizaba como forma de protesta. Y por ser el hijo menor y el consentido, ellos me perdonaban todo.
Yo fui tarde al colegio pues armaba tal berrinche que mis padres preferían dejarme en casa. Solo al cumplir siete años mis viejos lograron imponerse y entré a una escuela, pero mi primer día de clases fue todo un desastre: tres niñas mechoneadas, dos niños mordidos, dos profesores pellizcados y el director de la escuela orinado; lo que causó mi inmediata expulsión. Mis padres no daban su brazo a torcer y me colocaron pronto en otra escuela y ahí si fue diferente: las mechoneadas tres profesoras, el mordido el director, y los orinados mis compañeritos; y nuevamente me echaron. En el tercer plantel a mi madre no le quedó otro remedio que sentarse a mi lado durante las primeras clases para evitar problemas y la pobre regresaba a casa con los brazos rojos de tantos pellizcos. Entonces me llevaron a un psicólogo porque los vecinos y algunos profesores les metieron la falsa idea que yo no era un niño normal. El doctor me hizo muchas preguntas y todas las respondí como un verdadero angelito, quedó tan impresionado que tranquilizó a mis padres diciéndoles que no había nada que temer y que solo debían dejarme de consentir y notarían el cambio. Y es que desde los primeros años de mi vida yo era un maestro engañando. A partir de allí mis padres, siguiendo las recomendaciones profesionales, se empezaron a comportar rudos conmigo, me negaban las cosas y yo en represalia me orinaba la cama, me castigaban fuerte y entonces me orinaba la de ellos. No me dejaban prender la tele y me la orinaba. La batalla fue recia, aunque varias veces los descubrí llorando a escondidas, frente a mí fingían y por primera vez llegué a presentir una derrota, así que usé un plan B, uno infalible: dejé de comer. No había forma de obligarme a hacerlo, ni castigos, ni prebendas, ni encierros; los pobres solo lo resistieron veinticuatro horas. Al día siguiente me llevaron presurosos nuevamente al psicólogo y volví a engañarlo con una cara tan dulce que entonces les inició tratamiento a mis padres y a mí me regaló dinero; por cierto, me le traje a escondidas su péndulo hipnotizador luego de utilizarlo contra él asegurándome de que nunca me volviera a molestar. Recuerdo de que con diez años aún formaba mis tremendos berrinches. Tiraba las cosas hasta partirlas, me arañaba la cara, hacía tirones mi ropa, metía la cabeza en el inodoro haciendo caca a lo contrario; mis pataletas eran de horas y no había forma de controlarme, bueno, miento, una excelente remuneración me tranquilizaba a medias. Mi familia era adinerada, siempre estuvieron metidos en la política, mi padre fue gobernador en tres oportunidades de nuestro Estado. En ocasiones realizaba reuniones con personas importantes en nuestra casa y la mayoría las saboteé por capricho causando su consiguiente vergüenza, muchos de los asistentes se marchaban sin algunas de sus pertenencias y nunca se enterarían como las perdieron; me volví tan pertinente que al aproximarse una reunión mi padre prefería enviarme lejos, donde tia Epi que vive en otra ciudad. A los doce años, según sus cuentas, me graduaría de primaria pero el director de mi escuela lo llamó un mes antes rogándole que lo ayudara a recuperar el portátil que me le traje el primer día que asistí a clases, y que yo nunca volví por allá. La mañana que mi papá se enteró llegó furioso a casa e intentó pegarme pero lo amenacé con irme si me tocaba y se arrepintió. Es que a pesar de lo mentiroso, travieso y malvado, me adoraban. Malcrían Malof, de veinticinco años, y el mayor estafador que ha tenido el mundo, murió de un repentino ataque al corazón dentro de su celda, en Bogotá, Colombia. Sobre su cuerpo fue hallado un papel con esta historia y su mano derecha empuñando un lápiz. Días antes informó a las directivas que le dolía mucho el brazo izquierdo y sentía ahogos, pero no le creyeron porque ya había escapado de la prisión desde la enfermería en tres ocasiones anteriores simulando enfermedades. Algunos lo habían escuchado que escribía un libro. De todas maneras fue una sorpresa conocer este relato pues se creía que creció en un orfanatorio. Atte: Sala de prensa de la cárcel La Picota. [/i] |
Autor: | milagros [ 10 Jul 2011 11:23 ] |
Asunto: | Re: El Niño desobediente |
Antony, siempre hay en tus relatos ese cóctel de humor, ingenuidad y bondad que a mí me encanta.
No se podría llamar de otra manera el personaje, no podría haber tenido otro fin y, aunque era previsible desde el comienzo, no me importó lo más mínimo. Podría haber terminado como director de una multinacional, pero murió joven y la vida, como siempre en tus relatos, hizo justicia. Por cierto, creo que el segundo apeliido del protagonisto era Meón. Ja, ja, ja. Me ha gustado, amigo. |
Autor: | ansape [ 10 Jul 2011 19:07 ] |
Asunto: | Re: El Niño desobediente |
Hola, Mila. Je je je, pensaré lo del segundo apellido, je je je. Besos. |
Autor: | Panchito [ 17 Jul 2011 03:34 ] |
Asunto: | Re: El Niño desobediente |
Hola Antony,
Excepto por el párrafo final, este texto es un monólogo que podría ser interpretado por un actor sentado en un taburete, frente al público o a una cámara. Este tipo de textos tienen la peculiaridad de que han de ser, o parecer, espontáneos y dichos en el mismo tipo de lenguaje llano y cotidiano que usa la audiencia, para que causen su efecto cómico. O sea, se escriben con la misma licencia que la parte dialogada de cualquier obra. Te digo esto porque normalmente, cuando comento algún escrito tuyo, casi siempre cómicos y cercanos al monólogo, lo tengo muy en cuenta y paso por alto contrucciones gramaticales que no son correctas pero supongo que son habituales y de uso común en el entorno al que el relato va dirigido. Entonces es mejor dejarlas así. Aquí hay bastantes de esos errores y creo que sería mejor corregirlos. Por ejemplo: no había nada que temer y que solo debían dejarme de consentir no había nada que temer y que solo debían dejar de consentirme me volví tan pertinente que al aproximarse una reunión mi padre prefería enviarme lejos me volví tan impertinente que al aproximarse una reunión mi padre prefería enviarme lejos rogándole que lo ayudara a recuperar el portátil que me le traje el primer día que asistí a clases rogándole que lo ayudara a recuperar el portátil que me traje el primer día que asistí a clases Es curioso que la primera vez que hablas de la orina lo escribes bien: Con ocho años todavía me orinaba en la cama pero después vuelves al tema y lo escribes de un modo extraño: me negaban las cosas y yo en represalia me orinaba la cama, me castigaban fuerte y entonces me orinaba la de ellos. No me dejaban prender la tele y me la orinaba. me negaban las cosas y yo en represalia me orinaba en la cama, me castigaban fuerte y entonces me orinaba en la de ellos. No me dejaban prender la tele y entonces la orinaba. O incluso así, aunque prefiero la anterior: me negaban las cosas y yo en represalia orinaba la cama, me castigaban fuerte y entonces orinaba la de ellos. No me dejaban prender la tele y entonces la orinaba. Pasando al contenido, tu relato es un sarcasmo o una ironía sobre la mala educación. Está muy en la línea de lo que yo pienso: muchos padres hoy día "educan" a sus hijos como si fuesen sus peores enemigos. Nada puede ser más perjudicial para un niño, nada va a romperle más la vida, que no darle la educación que necesitará para vivir, y no me refiero sólo a aprender a leer y darle estudios. Es algo completamente absurdo, no tiene explicación. Como si por no poder soportar un poco de llanto y algunas pataletas de un pequeño, éste se viese condenado de por vida a una existencia llena de complicaciones. El relato tiene menos detalles cómicos de lo habitual en los tuyos, quizá porque desde el principio estás pensando en el final, que es trágico. Pero los que tiene son buenísimos, por ejemplo éste: Al día siguiente me llevaron presurosos nuevamente al psicólogo y volví a engañarlo con una cara tan dulce que entonces les inició tratamiento a mis padres... A veces hay suerte; se intenta escribir una historia y sale bastante redonda a la primera. Siempre habrá que corregir algo, pero el texto es bueno desde el principio. A menudo te he visto en ese caso. Pero esta vez no. La idea da para un buen relato, pero aún no lo tienes. No es sólo cosa de corregir; es cosa de reescribirlo. En una escala de cero a diez, por ejemplo, estás en la fase... cuatro o cinco. Es sólo mi opinión, naturalmente, que siempre es sincera, como creo que debe ser. Vale la pena que le dediques un ratito más. Saludos |
Autor: | ansape [ 19 Jul 2011 03:50 ] |
Asunto: | Re: El Niño desobediente |
Copiado, Panchito, tomaré en cuanta tus apreciaciones. Por cierto, Aquel desván está compitiendo con más de mil rivales. Hoy la organización del concurso lo dijo. El fallo es el 17 de agosto. Saludos. |
Autor: | pesado67 [ 19 Jul 2011 06:12 ] |
Asunto: | Re: El Niño desobediente |
hay, o hubo un lema de un expresidente mexicano, que decia: arriba y adelante!! asi que tu carnal, no te me atemorices, que entre lobos uno se enseña a aullar. suerte!! mario a |
Autor: | Panchito [ 19 Jul 2011 09:33 ] |
Asunto: | Re: El Niño desobediente |
¡Jope! Pero son mil lobos, Mario... Ja ja ja.
Mira Antony, participas con muy buena historia y eso es lo que cuenta. No sé si habrá un solo premio o más, o si harán una selección de finalistas, o cómo se dará el resultado de ese concurso. Sería estupendo que lo ganaras, fantástico, pero sea cual sea el resultado es una experiencia más y tú vas mejorando día a día tu escritura. Quedar entre los cincuenta primeros, por ejemplo, yo lo vería como todo un éxito, aunque seguramente el resultado no lo darán de modo que se sepan estos detalles. Después de un concurso siempre hay otro, y otro, y otro... El día en que empieces a ganarlos ya no pararás, ja ja. Y hasta el 17 de agosto hay que mantener las ilusiones intactas, porque posibilidades, tienes. Creo que todo LEA estará contando los días, pendiente del resultado... |
Autor: | ansape [ 25 Jul 2011 15:48 ] |
Asunto: | Re: El Niño desobediente |
Gracias panchito, gracias Mario. En el otro, donde competirá el ladrón torpe, ya se han recibo 500 y la cuenta parece ser que subirá. Nunca pensé que en Colombia hubiera tanto escritor, je je je. En ambos vence el plazo de recepción a finales de mes, y estoy esperando el ultimo minuto para enviarlos, los reviso hasta tres veces al día evitando el mínimo error, no tengo mente para más nada, ni he actualizado el blogs ni creado nuevos cuentos, estoy obsesionado, je je je. Saludos. |
Autor: | pesado67 [ 25 Jul 2011 17:05 ] |
Asunto: | Re: El Niño desobediente |
te parece sorpredente que haya tantos escritores en la tierra del excelentisimo gabo? oye, que eso es natural, cuantos no desean la celeberidad y adorno del maestro? fijate aqui, en mexico que tenemos a tanto exponente, es casi obligatorio, que un elemento por familia, (de entenderse, como familia desde los abuelos hasta la tercera o cuarta generacion) hay un loco escritorcillo. asi que tu, no te sorprendas noble amigo, que entre tu y milagros, nos llevamos el asturias, ya saben que el nobel, se queda ya sea panchito o por que no, yo. mario a. |
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