¡Qué bueno, Milagros!!!!
La venganza, debía llamarse el cuento, ja, ja, la verdad es que esa mujer guardó rencor por muchos años, ¡Qué pérdida de tiempo!, aunque fue una venganza exquisita, pero la perjudicada será quien menos culpa tenga, es decir, la viuda, hay que ver cómo son algunas mujeres, ¿eh?
Un cuento breve pero bien pensado.
milagros escribió:
Catalina se pone un vestido negro y un discreto collar de perlas, coge el bolsillo y, tras una última mirada en el espejo, sale a la calle. En ella, gira a la derecha para dirigirse a la iglesia, a unos trescientos metros de allí.
—Buenos días, Catalina.
—¡Qué buen día hace, Catalina!
—¡Qué guapa estás Catalina!
Cuando llega a ella, se queda en la entrada mirándola, como una turista más. Magnífico pórtico plateresco, piensa, buen decorado para el último adiós.
Este principio tiene algo que me detuvo un momento. Ese "en ella" creo que está de más, o podría sustituirse.
"...sale a la calle y gira a la derecha para dirigirse a la iglesia, a unos trescientos metros de allí"
Luego pones: "cuando llega a ella.." y uno ya se ha olvidado de la iglesia con tantos piropos como recibe Catalina. Creo que sería bueno: "Cuando llega al templo queda mirando la entrada como una turista más..."
Creo que resulta menos dramático y corre mejor la lectura, porque lo importante es lo que ocurre dentro de la iglesia, es decir, su entrada triunfal, aunque lo haga por una lateral, y después el momento cúlmine, el beso, la entrega de la rosa blanca y las palabras que caen como una lápida.
Buen tema, Milagros y
Besos!
Blanca